Cómo diseñamos y formulamos un cosmético fitoterápico
La principal diferencia entre la cosmética convencional y la fitoterapia cosmética es que el efecto cosmético deseado lo logramos a través de un beneficio terapéutico; es decir, a través de la mejora de nuestro organismo, activando de forma natural la regeneración celular, estimulando la microcirculación y promoviendo la producción de colágeno natural de la piel. Estos son algunos de los procesos a través de los cuales conseguimos que nuestra piel esté sana y, en consecuencia, luzca mejor.
La Fitoterapia constituye una herramienta que puede resultar muy útil como complemento terapéutico:
– Unas veces será suficiente para prevenir, aliviar o curar un estado patológico.
– Otras servirá como coadyuvante de otros tratamientos o simplemente como medida paliativa de determinados síntomas.
Su campo de actuación lo constituyen fundamentalmente las afecciones leves o moderadas y las enfermedades crónicas.
A la fitoterapia cosmética, como a cualquier producto fitoterápico, se le debe exigir que cumpla con los requisitos básicos de seguridad, calidad y eficacia.
- Seguridad: en el diseño de la fórmula fitoterápica, estudiamos las posibles contraindicaciones, incompatibilidades, efectos secundarios, interacciones y potencial toxicidad de cada droga vegetal.
– Calidad: elegimos aquellas drogas vegetales o preparados con las debidas garantías de control en cada una de sus fases (desde el cultivo al producto acabado), que nos ofrezca una valoración adecuada de principios activos o su equivalencia en planta seca, ajustados a los requisitos de las farmacopeas.
– Eficacia: al diseñar una fórmula fitoterápica, estudiamos previamente las acciones farmacológicas que nos interesa inducir para conseguir un efecto terapéutico, escogiendo preferentemente drogas vegetales o sus extractos cuya indicación haya sido comprobada a través de la experiencia clínica.
Además de estos requisitos nos regimos por nuestras propias directrices para conseguir productos únicos, novedosos y originales:
- Detectamos una necesidad cosmética en la que podamos aportar un beneficio.
- Definimos el enfoque terapeutico.
- No formulamos mezclas excesivamente complejas: buscamos drogas vegetales que creen sinergias entre ellas para potenciar y ampliar el espectro terapéutico que queremos conseguir. Un exceso de componentes minimizaría estas sinergias haciendo que el efecto terapéutico se diluyera.
- Calculamos la cantidad de principios activos: es muy importante que la concentración de principios activos sea la idónea para conseguir la efectividad deseada. Los nuestros son productos de gama profesional, consiguiendo que el efecto deseado se manifieste en un corto plazo de tiempo.
- Conseguimos una buena textura, olor y aspecto: no debemos olvidar que es un producto cosmético que debe proporcionar una sensación placentera además de terapéutica.
Por último, todos nuestros productos pasan por los controles de estabilidad y seguridad en cumplimiento de la normativa legal vigente para productos cosméticos, garantizando así su calidad y conservación.